La
realidad es que hay más probabilidades de que saltarse el desayuno
cause aumento de peso que de que lo prevenga. Los adolescentes que
desayunaban a diario tenían un índice de masa corporal más bajo
que los adolescentes que nunca desayunaban o que solo lo hacían
ocasionalmente.
Desayunar
también tiene repercusiones en el rendimiento escolar. Un estudio
tras otro demuestra que los niños que desayunan tienen un mejor
rendimiento, les va mejor en la escuela y tienen mejor concentración
y más energía.
El
desayuno ofrece una excelente oportunidad de fortalecer al
adolescente con nutrientes que pueden quedar relegados con facilidad
durante el resto del día. El desayuno es un muy buen momento para
consumir fibra en forma de cereales y panes integrales. La fibra
puede ayudar a controlar el peso y también ha sido ligada con
niveles más bajos de colesterol.
El
desayuno también es una oportunidad para adquirir a
calcio y vitamina
D,
que fortalecen los huesos. Los niños entran en los años más
importantes para el desarrollo de los huesos en la adolescencia, y
los huesos continúan desarrollándose hasta aproximadamente los 25
años. La vitamina D también estimula la inmunidad y ayude a
prevenir las infecciones, las enfermedades autoinmunes, el cáncer y
la diabetes.
Los
expertos recomiendan obtener vitamina D de los alimentos, incluidos
los huevos y
los alimentos fortificados, como los cereales para el desayuno, la
leche y el yogur. Todas esas son opciones perfectas para la comida de
la mañana.
Manos a la obra
El
aumento de peso y la obesidad se
están volviendo una importante preocupación para la salud pública,
los expertos coinciden en que es importante hacer el esfuerzo para
que los adolescentes se sienten a desayunar. El sobrepeso da pie a
futuros problemas de salud graves, como la diabetes y las
enfermedades
cardíacas.
Hay
bebidas que los niños deberían omitir de su comida de la mañana: el
café y
las bebidas energéticas. Si bien se entiende su deseo por una bebida
estimulante rápida, la cafeína aumenta la presión
arterial y
la frecuencia
cardíaca en
los adolescentes.
Consejos prácticos: Un
desayuno saludable en movimiento
Es
común que los adolescentes estén apresurados, y la mañana no es
una excepción. Si bien lo ideal es sentarse a comer un desayuno que
tenga los grupos de alimentos básicos: lácteos (leche, yogures…),
frutas (naranja, kiwi…) y cereales. Es conveniente evitar las
grasas saturadas.
J.P., R.G., C.P.
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